El merendero “Ricitos de Oro”, en Villa Floresta alta, lanzó un llamado urgente: hoy asisten a más de 200 personas y necesitan materiales y donaciones para seguir adelante. Mientras el comedor está en plena obra, muchas familias llegan con hambre y sin techo bajo el cual resguardarse.
Gregoria, responsable de la cocina, relata que “no faltan las ganas, faltan chapas, cemento, hierro”. Explica que están construyendo un espacio cerrado, más seguro e higiénico, pero que aún no pueden dar comidas porque la obra impide el funcionamiento pleno.
El barrio Floresta vive postergado: no cuenta con centro vecinal, comedor oficial, ni espacios de contención donde niños, jóvenes o mayores puedan acceder a actividades sociales. Por eso este merendero no solo da alimento, también ofrece compañía, esperanza y sostén comunitario.
Quienes deseen ayudar pueden acercarse al merendero en Hemeregildo Diez 2025 o donar a través del alias GOYA75. Buscan mercadería, carne, ropa, calzado y materiales de construcción. La solidaridad no es opción: para muchos, es lo único que les queda.
Los colegas de Multivisión Federal visitaron el merendero y esto dijeron los protagonistas:



